lunes, 15 de junio de 2009

De cómo el gobierno desperdicia el dinero Leo Zuckerman

FTiene razón el Presidente: el dinero público debe ir prioritariamente a los pobres y no a los que cometen errores en el manejo de sus empresas. Así lo planteó Calderón el viernes en un acto con grupos indígenas: «es más importante darle el programa, el del Proyecto Productivo, a la gente que tiene ganas de prosperar con sus artesanías, que a la gente que, por un error propio, a lo mejor tiene mucho [...] quizá le vaya mal en su empresa, pero finalmente tiene que asumir también las consecuencias de sus decisiones». Supongo que el Presidente se refería a la gran cantidad de negocios que hoy, ante la crisis, piden apoyos gubernamentales para salir adelante. Lo que no dijo Calderón es que el gobierno desperdicia mucho, muchísimo, dinero de los contribuyentes en las empresas públicas que maneja. Empresas como Pemex que toma decisiones económicamente irracionales como la construcción de una nueva refinería.

Una decisión «muy mexicana». El año pasado, el gobierno propuso abrir la refinación de productos petroleros a la inversión privada. Pero la oposición priista y perredista bloqueó esta idea en el Congreso. Los panistas dieron su brazo a torcer: el Estado quedó como el único actor con la posibilidad de tener refinerías en México. A pesar de la derrota, el gobierno calderonista festejó con bombo y platillo esta decisión. Acto seguido, el Presidente anunció la construcción de una nueva refinería. Nueve estados compitieron por construirla en su territorio. Al fin y al cabo se trataba de la obra pública más importante del sexenio: una inversión inicial de nueve mil 123 millones de dólares. Pemex decidió construirla en Tula, Hidalgo. El director general de Pemex confesó que dicha decisión se realizó «a la mexicana », es decir, «un contexto de complejidad para sacar proyectos, muchos actores involucrados, muchas voces y muchas opiniones». En otras palabras, un proyecto más político que económico. Si se evalúa desde un punto de vista de costo-beneficio, el gobierno está cometiendo una locura al invertir nueve mil 123 millones de dólares de los contribuyentes en una nueva refinería. Y este es el presupuesto original. No dude que el gobierno acabe gastándose más. Pero asumamos por un momento que sí se gastan lo presupuestado. La pregunta es por qué es una locura invertir estos recursos en una sola refinería.

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